“Cuando llegué a ti, caminaba sin horizonte por calles de arrabal y malicia, harapiento e incrédulo de la justicia. Cuando vi tu resplandor en medio de la penumbra, sentí un sobresalto inédito y mis manos temblaban de alegría. Cuando probé tus labios, aquella noche anodina de Mayo, recordé que tenía alma y tus besos comenzaron borrar mis fallos. No planeamos encontrarnos, tampoco prometimos quedarnos, simplemente llegaste a mí para encender la llama y marcharte con premura como el barco que mar reclama... ”
(Toronto, CA)31/05/2011
#ElTrovador
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